Posiblemente, incluso a estas alturas tempranas, hay gente que piensa que el mundo para mí carece de belleza. Tienen razón, pero no eso a lo que voy. La vida tiene ciertos sedantes que nos adormecen de la realidad horrible en la que vivimos y lo hacen parecer casi habitable.
El sexo y el chocolate son dos. El mundo se ve bastante mejor desde los límites de tu pripia cama, o bien la de otro, sobre todo si hay cacao de por medio. Cuando el sexo, sin embargo, llega a ser una tortura...surge alguien como yo hace un par de años. Me alegra al menos tener ese pequeño consuelo nuevamente.
A algunos les funciona la religión. No es mi caso, el cura de la iglesia más cercana a mi casa intentó tocarme...de hecho lo hizo...pero le gané la partida, y de seguro no va a volver a molestar a ningún muchacho. Aún así, antes de eso incluso, no entendía a esa gente que cree que por orar o pedirle algo a una suerte de amigo imaginario todopoderoso se van a cumplir sus deseos. Por favor, estamos hablando de gente adulta. Es casi como pedirle algo a un hada madrina.
Las cosas tangibles que producen efectos fisiológicos, e incluso psicotrópicos, son buenas opciones. Le hago a la hierba, pero créanme que la vida se ve mucho mejor con un porro en la mano, o eso me enseñó un amigo de San Francisco, y le creo. Es como un estado de meditación superior, es bastante curioso, y dudo que a estas alturas a alguien le sean ajenos sus efectos, ya sea por experiencia o por conversaciones.
Sin embargo, no hablo sólo de drogas manufacturadas. Las endorfinas también son drogas naturales del cuerpo, prácticamente diseñadas para relajarnos y darnos una perspectiva más luminosa de nuestra existencia. Es como si la naturaleza misma intetnara drogarnos para que no veamos lo horrible que es nuestro estilo de vida.
Y cómo se liberan las endorfinas? Pues gracias al chocolate y al sexo, como explicaba en un principio. Hay algunos que hablarán de amor, pero el amor no es más que la segregación de serotonina y endorfinas producto de la atracción, así que es básicamente lo mismo que el sexo, sólo que sin el placer físico. Realmente hay muchas formas de liberar esas drogas naturales, pero las principales son aquellas. El resto tiene que ver con esos pequeños goces cotidianos que no traslucen el menor sentido, y que tienen que ver con la gente optimista o temeraria.
Ya ven? el mundo no es tan horrible después de todo.
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